La sociedad del conocimiento y su relación con las TIC’s, una perspectiva académica.
En este nuevo contexto Buendía y Martínez (2007) explican las características de la sociedad del conocimiento y la educación, en donde la sociedad valora los activos intangibles. Es decir, factores no materiales que contribuyen al desarrollo de una organización, en la producción de bienes o la provisión de servicios que generan beneficios económicos futuros para las instituciones y los individuos que administran su aplicación. (Edvinsson, 2002, citado por Buendía y Martínez, 2007) como el ya que el conocimiento impacta en el progreso de las organizaciones. Es por esto que el aprendizaje continuo, la descentralización de la educación y el trabajo colaborativo, son sólo algunos de los retos que conectan a la sociedad del conocimiento y a la educación.
Hoy en día, menciona Buendía y Martínez (2007), los constantes y rápidos cambios exigen que las personas desarrollen nuevas competencias y habilidades que deberán actualizarse constantemente, sin importar el área de acción en que se desenvuelvan, pues el mundo laboral y en general la sociedad apreciarán a aquellos que sobresalgan entre sus competidores por ser capaces de resolver problemas, pero sobre todo ser capaces de seguir aprendiendo por cuenta propia.
Al respecto la Unión Europea (UE), reconoce el alcance de la educación en la contribución a la sociedad basada en conocimiento (UE, 2006). Uno de sus objetivos plantea que la sociedad del conocimiento sea más dinámica y competitiva, en este sentido la educación es un factor fundamental para logar dichas metas.
La UE (2003) ha identificado retos, que son el vínculo entre educación y sociedad del conocimiento:
a) Conocimiento: La sociedad del conocimiento se basa en el aprendizaje continuo a fin de reestructurar las organizaciones educativas y lograr una congruencia entre el sistema educativo, los cambios continuos que en la sociedad sufre y los cambios que impone la nueva sociedad de conocimiento.
b) Política: Aún en una sociedad global, existen diferencias en costumbres, hábitos y formas de pensar, lo que podría reflejarse en problemas al tratar de interactuar con los otros. El reto que los problemas se transformen en oportunidades y no impidan el desarrollo pleno de la sociedad.
c) Descentralización: La escuela toma fuerza en cuanto a responsabilidad y autonomía en el nuevo panorama educativo.
d) Integración social: La escuela enfrenta la responsabilidad de integrar a los jóvenes al mundo laboral y a la vida social activa en el contexto de la sociedad del conocimiento.
Es así que la sociedad del conocimiento y la era de la información digital plantean escenarios retadores para los actores del proceso enseñanza – aprendizaje, docentes, institución educativa y alumnos principalmente, no sólo por la velocidad con la que evolucionan las TIC’s o por la ruptura de muchas barreras de espacio y tiempo para acceder al saber, sino por el cambio de paradigma que marca la formación del alumno para el cambio la excelencia, dentro de un medio en el que la educación ya no es sinónimo de escolaridad, es un requerimiento permanente
En torno a lo anterior, surge el concepto de ciudadano del conocimiento (Buendía y Martínez, 2007), el ideal que todo estudiante debe ser, el alumno que cuenta con los valores, habilidades y actitudes que impacten positivamente en el desarrollo económico y social del contexto en que se desenvuelve. A partir del término ya se puede establecer una evaluación sobre el medio que nos rodea, si somos ciudadanos del conocimiento, si preparamos a nuestros alumnos para logar ese fin o si la institución en la que laboramos o estudiamos va dirigida hacia ese objetivo.
Referencias
Buendía, A. y Martínez, A. (2007). Hacia una nueva sociedad del conocimiento: retos y desafíos para la educación virtual. En Armando Lozano y José Vladimir Burgos Aguilar (Ed.), Tecnología Educativa en un modelo de educación a distancia centrado en la persona (pp 77-106). México:Limusa
Diario Oficial de la Unión Europea., (2006). Recomendación del Parlamento europeo y del consejo de 18 de diciembre de 2006 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente. España
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